Guía para entender símbolos en el bazar chino

Monedas chinas de la suerte

A todos nos ha pasado entrar en un bazar de propietarios chinos y ver toda clase de estatuillas e imágenes que no sabemos qué significan. Algún budista, profesor de Tai Chi Chuan o especialista en Feng Shui (geomancia china) puede que tenga un nivel de conocimientos mayor sobre estos temas, pero nadie está a salvo de quedarse afuera, a menos que haya tenido contacto con la cultura china durante mucho tiempo o haya investigado el tema previamente. Así que aquí va una lista de algunos de estos íconos populares chinos. Lista necesariamente breve e insuficiente, pero espero que útil.

Buda

Estatuilla de Buda
Probablemente el más reconocible de la lista, Buda —es decir «el Iluminado»— es la máxima figura del budismo. Nacido en la India hacia el año 500 a.C. como el príncipe Siddhārtha Gautama, se convirtió en un sabio y enseñó a la humanidad cómo disipar el dolor y escapar del ciclo de las reencarnaciones hacia un estado espiritual trascendente.
Los budistas, de acuerdo con las enseñanzas de Buda, procuran ser conscientes de sus propios actos, pacíficos, buenos y compasivos con los demás seres, y alejar de sí las emociones extremas, la violencia y la codicia, siempre buscando mejorar.

Generalmente se representa a Buda sentado con las piernas cruzadas y en actitud de meditación, con los ojos cerrados. Su cabello está formado por muchísimos rulitos redondos. Puede estar sentado sobre una flor de loto y esbozar una suave sonrisa. También, claro está, hay figuras de Buda donde aparece de pie, acostado y en otras posturas.

Yin–Yang

Este símbolo es bastante conocido y muy antiguo. Su nombre correcto es taijitu, y hay varias formas de representarlo, todas las cuales son simétricas. En el contexto chino está asociado al taoísmo, y representa la alternancia de polaridades que es la dinámica del Universo mismo. El círculo en que se inscribe el taijitu representa el todo, y los sectores negro y blanco representan a fuerzas o conceptos de signo opuesto, llamados yin y yang, respectivamente. A veces los occidentales lo usamos para significar la convivencia armoniosa de los opuestos.

Dragón

Ventana con dragón chino
Dragón chino con su perla
El origen del dragón chino se pierde en las nieblas de la Historia, así que no ahondaremos en ese sentido. Llamado generalmente lóng, ocupa en la cultura china el lugar más alto en la jerarquía animal, más o menos como el león en Occidente. Similamente, el dragón estuvo asociado en China a la figura del emperador. Está compuesto por las partes de nueve animales, y tiene nueve hijos, cada uno con sus cualidades. Tiene una potestad especial sobre las aguas y la lluvia. Significa fuerza, poder y buena suerte.

El dragón tiene por costumbre perseguir una perla o joya flamígera, a la que a veces lleva en la boca, sobre la lengua. El origen y el significado de esta perla son oscuros (algunos dicen que la perla era originariamente el sol o la luna), pero en general se interpreta que representa la sabiduría y la verdad, razón por la cual el dragón la persigue.

En la tradición china se encuentran muchos tipos de dragones y muchas criaturas que son variaciones de la figura clásica del dragón.

Fénix

Fénix chino
El fénix chino (fenghuang) es como un faisán cuya cola termina en varias plumas largas de pavo real, o como un gallo con cola larga. Es el rey de las aves y puede ser macho o hembra. Se dice que el dragón representaba al emperador y el fénix a la emperatriz, aunque no parece que las evidencias históricas respalden esta idea.

El fénix representa la virtud y la gracia, y especialmente las cinco virtudes que enseñó Confucio (benevolencia, honestidad, sabiduría, integridad y buen comportamiento). Donde reinan la maldad y la corrupción el fénix no se queda a vivir, mientras que es atraído por el comportamiento ético y virtuoso. Si está representado con el dragón, simboliza la armonía y la felicidad conyugales, ya que en ese caso  se considera que el fénix es hembra y el dragón es macho.


Buda que se ríe (Budai)

Este es un personaje calvo, barrigón, risueño y con la panza al aire al que se suele representar sentado. Tiene el detalle de que los lóbulos de sus orejas son muy largos. Muy conocido en Occidente, se lo confunde bastante con el Buda Gautama, pero no es «ese» Buda.

Budai, estatuilla
Este está hecho en imitación laca
Budai fue un monje budista chino del período Liang tardío (907–923 d.C.) al que se recuerda por haber sido eccéntrico, pero amable y de carácter alegre. En las representaciones lleva solamente una túnica y unos pocos objetos (que pueden ser un rosario, una bolsa, un bastón rústico de madera, un abanico, etc.). Es pobre pero feliz, y representa el contento, la generosidad, la sabiduría y la amabilidad. En algunas tradiciones se lo identifica con Maitreya, un Buda futuro.

Curiosamente, las estatuillas de Budai a veces se usan como amuleto para atraer dinero, por lo que a veces este personaje aparece con monedas o con lingotes chinos, que tienen forma de sombrero y que antaño se usaban como moneda.

Ocho Inmortales

Son ocho personajes, especie de santos taoístas, que alcanzaron la inmortalidad. Se dice que nacieron durante las dinastías T’ang (618–907 d.C.) o Song (960–1279 d.C.). Uno solo de ellos, Hé Xiāngū, es mujer, aunque hay otro, Lán Cǎihé, cuyo género es medio ambiguo. Igual que con los santos cristianos, para reconocerlos se los representa de determinada manera:

  • Hé Xiāngū no estaba interesada en las cosas mundanas y fue volviéndose más y más sutil e inmaterial, hasta que comenzó a levitar. Entonces otros inmortales la instruyeron para que fuese eterna también. Lleva una flor de loto o un cucharón de bambú, aunque a veces también puede vérsela con una canasta de bambú llena de objetos que el taoísmo relaciona con la inmortalidad, o lleno con las frutas y hierbas que solía ir a buscar para su madre.
  • Cáo Guójiù, que fue tío de un emperador Song, aparece con atavío de la corte y sosteniendo una tableta de jade (ocasionalmente sostiene unas castañuelas largas). Molesto con los actos de su hermano menor, que acostumbraba mandar gente a ejecutar injustamente, se retiró a las montañas a buscar la sabiduría. Su tableta de jade tiene el poder de purificar el ambiente.
  • Lǐ Tiěguǎi usa una muleta de hierro y parece un mendigo, porque en una oportunidad perdió su cuerpo, y su alma se vio obligada a habitar el cuerpo de un vagabundo que había muerto de hambre. Se compadece de los necesitados y alivia a los enfermos con un remedio milagroso e inagotable que guarda en un recipiente de calabaza.
  • Lán Cǎihé lleva una canasta de bambú repleta de flores o de plantas relacionadas con la inmortalidad, se viste con harapos azules y usa un solo zapato. Durante su vida mundana tenía la costumbre de emborracharse, pero cuando lo hacía improvisaba canciones relacionadas con la santidad. Despreciaba el dinero, contaba chistes y se mantuvo joven durante muchísimos años, hasta que una grulla se lo llevó milagrosamente al Cielo.
  • Lü Dòngbīn fue un académico y poeta de la dinastía T’ang que nació en el año 796. Fue tentado terrenalmente con la ambición de aprobar los exámenes imperiales para obtener un alto cargo en la corte, pero renunció a eso para seguir el camino del Tao. Se empeña en ayudar a los mortales a alcanzar la sabiduría y la iluminación. Se lo representa con una espada que sirve para dispersar a los malos espíritus; usualmente la lleva colgada a la espalda.
  • Hán Xiāngzǐ vivió en la corte T’ang, y se dice que era un joven irresponsable y contestatario, aunque esto no le impidió convertirse en un experto alquimista. Alcanzó la inmortalidad cuando su cuerpo terrenal pereció al caerse de un duraznero. Lleva una flauta que tiene el poder de dar vida. A veces también lleva unas castañuelas largas de bambú.
  • Zhāng Guǒ Lǎo fue un venerable taoísta que vivió cerca del final del siglo VII. Cuando nació ya había venido haciendo méritos en vidas pasadas, desde la creación del mundo. Va montado sobre un burro y lleva un yü ku (instrumento musical hecho con un tubo de bambú, con dos varillas metálicas que sobresalen), pero también puede tener una pluma de fénix o un durazno de la inmortalidad.
  • Zhönglí Quán, un general de la época de los Han (206 a.C.–220 d.C.), mientras huía de una derrota militar en las montañas se encontró con un anciano misterioso que le enseñó los rituales de la inmortalidad; luego usó sus poderes para salvar a la gente del hambre y la pobreza. Lleva un abanico que tiene la propiedad de revivir a los muertos.

A los Ocho Inmortales se los entiende y representa como unos seres amables, bastante risueños, que viajan subidos en nubes. Están relacionados con los cumpleaños, porque —naturalmente— representan la longevidad. Algunos son patronos de diferentes oficios.

Fu, Lu y Shou

Si encontramos una representación de solamente tres personajes juntos, puede que no se trate de ninguno de los Ocho Inmortales sino de las deidades personificadas de las estrellas Fu, Lu y Shou (Felicidad, Prosperidad y Longevidad), a las que popularmente se rinde tributo.

Fu, Lu y Shou
Shou, Lu y Fu, de izquierda a derecha
  • Fu, la Felicidad que traen las Bendiciones, es el planeta Júpiter. Su personificación es Yang Cheng, un funcionario del reino Han Occidental (206 a.C.–5 d.C.), que arriesgó su vida escribiendo una petición al emperador para que no aceptara más esclavos enanos como tributo imperial. Se lo representa como un sabio que sostiene un rollo de escrituras. A veces también sostiene un niño o está rodeado de niños.
  • Lu, la Prosperidad, es la estrella Mizar de la Osa Mayor. Se relaciona con prosperidad, rango e influencia. Se cree que su personificación es Zhang Xian, un bajo oficial de la corte que vivió durante la dinastía Shu tardía (934–960 d.C.) y cuya dedicación al trabajo y al estudio le valieron alcanzar un alto puesto. Antes se le rezaba a Lu para aprobar los exámenes imperiales, que eran dificilísimos pero permitían conseguir un buen trabajo y posicionarse en la corte. Es un personaje que va vestido como un mandarín, sosteniendo un cetro.
  • Shou, la Longevidad, es la estrella Canopus, la más brillante de la constelación Carina (la Quilla), astro que según la tradición china marca el Polo Sur. Por este motivo, a su personificación también se le dice «el Viejo del Polo Sur». Es fácil de reconocer por su larga barba blanca, su cabeza calva y su frente protuberante. Tiende a estar sonriente y sostiene un bastón de madera y un durazno de la inmortalidad. En el bastón trae atada una calabaza donde guarda el elixir de la vida. Puede estar acompañado por una grulla, un ciervo o un murciélago, que son otros símbolos de larga vida.

Duraznos de la inmortalidad

Son un motivo tradicional del arte chino. El Emperador de Jade y la Reina Madre del Oeste, que viven en un palacio sobre el monte Kunlun, tienen un jardín de durazneros milagrosos cuyos frutos ofrecen a dioses y demás inmortales para perpetuar sus vidas. Por este motivo, los duraznos suelen aparecer en decoraciones que incluyen otros símbolos de longevidad, o en las manos de diversos inmortales.

Leones guardianes

Pareja de leones guardianes chinos
León y leona guardando la entrada
de un edificio
Son estatuas con forma de leones sentados, estilizados, más parecidos a perros pekineses que a leones verdaderos. Su aspecto poco realista se debe a que antiguamente los chinos solo veían un león cuando era traído del Oeste a modo de tributo para el emperador, ya que no es un animal nativo de China. Cuando el emperador decidía quedarse con los leones que le regalaban, eran muy admirados por su presencia y poder.

Tradicionalmente se ubica a los leones guardianes a cada lado de la entrada de los templos, palacios y otros edificios importantes, para que la custodien.

Los leones guardianes casi siempre vienen en pareja, y en ese caso representan a un león y a una leona, aunque, como ambos tienen melena, no lo parecen. El macho tiene debajo de una de sus patas delanteras una esfera que representa al mundo, mientras que debajo de la pata de la hembra hay un leoncito con la panza para arriba. A veces cada uno de los leones lleva una perla en la boca, como los dragones.

Doce animales

Estos son bastante conocidos. Son los doce animales del calendario lunar y del zodíaco chino, que no es solamente chino sino que está difundido por gran parte de Asia, con algunas variaciones en los animales. De hecho, el sistema calendárico de los doce animales fue introducido en China por monjes budistas procedentes de Siberia hace unos 1500 años, lo que para la historia de la cultura china es poco.

En China los animales son Rata, Buey, Tigre, Conejo, Dragón, Serpiente, Caballo, Oveja/Cabra (la palabra para «oveja» es la misma que para «cabra», por lo que no hay diferencia), Mono, Gallo, Perro y Chancho. En Occidente nos atribuimos estos animales según el año en que hayamos nacido, pero no toda la astrología china funciona de esa manera. Por ejemplo, cuando se adivina el destino con el método de los Cuatro Pilares, el astrólogo también le asigna un animal al mes, al día y a la hora en que nacimos.

En un bazar chino, los doce animales pueden venir en conjunto o separados. Pueden estar estampados en un juego de doce tacitas de té, o pueden ser mascotitas individuales para llavero.

Monedas de la suerte

Son imitaciones de monedas tradicionales chinas, redondas con un agujero cuadrado en su centro. Curiosamente, estas monedas–talismán, que no sirven como dinero, se fabrican desde hace siglos, así que existen algunas que son reliquias. Solían tener escritas frases auspiciosas augurando paz, riquezas, longevidad, felicidad, etc.

Sapo del dinero

Chan chu en su rincón asignado,
sentado sobre lingotes y
monedas. Foto: Kelly Cookson
Es una estatuilla en forma de sapo de aspecto dragonesco, con ojos rojos, casi siempre echado sobre una pila de monedas o de lingotes chinos, que sostiene una moneda en su boca. Se le dice generalmente chan chu («el sapo»), aunque tiene otros apodos. Si lo miramos por detrás notaremos que no tiene cuatro patas, sino solo tres; también podríamos ver que en el lomo tiene siete verrugas ordenadas de modo que representan la constelación de la Osa Mayor, que se considera auspiciosa.

Vista posterior del sapo.
Foto: Jimmie
Se dice que este sapo era en un principio Cháng’é, la diosa de la Luna, que robó el elixir de la inmortalidad y que por eso fue transformada en sapo; en otra versión la ladrona es la esposa de uno de los Ocho Inmortales, que roba un durazno de la inmortalidad. Otros dicen que el sapo del dinero es capaz de escupir monedas de oro y plata, y que fue capturado por Liú Hái, un dios menor de la prosperidad que vive en la Luna.

Se trata de un amuleto para atraer dinero y repeler la mala suerte. Los practicantes de Feng Shui tienen indicaciones muy precisas sobre el lugar de la casa donde debe ubicarse a este sapo.

Tigre

A diferencia del león, del tigre los chinos siempre tuvieron un conocimiento bastante directo, por lo que existe un rico folklore a su alrededor. Junto con el dragón, el fénix y la tortuga, es uno de los cuatro animales sobrenaturales que rigen los puntos cardinales y las estaciones del año (el tigre rige el Oeste y el otoño). Además, se supone que las rayas de su frente forman una letra china que significa «rey». Suele luchar con el dragón, de ahí que se los represente juntos en los emblemas de las escuelas de artes marciales. En este último caso, el tigre personifica al principio yin y el dragón al yang.

En los cuentos tradicionales chinos, los tigres aniquilan el mal y protegen a los buenos, por lo que desde hace mucho se fabrican toda clase de talismanes con la forma o la imagen del tigre para alejar los males. También existe un amuleto en forma de garra de tigre (hu chao) que se usa para evitar el pánico y atraer el coraje. En los bazares chinos es posible encontrar tigres en forma de póster y, menos frecuentemente, de figura para repisa.

Tortuga dragón

Es una tortuga con cabeza de dragón, o un dragón con caparazón de tortuga, según cómo se lo mire. Es un motivo típico del arte chino, aunque no muy antiguo. Puede que haya sido creado para ennoblecer la imagen de la tortuga.

Este animal reúne las virtudes tradicionalmente atribuidas al dragón y a la tortuga, y en consecuencia tiene connotaciones de longevidad, persistencia, coraje, poder, estabilidad y ayuda. Aparece a veces en forma de estatuilla, ya sea solo, con tortuguitas (su cría) o acompañado por el sapo del dinero, en medio de monedas y lingotes.

Nudo sin fin

Nudo de la suerte chino

Su nombre originario es pan chang, lo que no cambia muchas cosas, ya que simplemente significa «nudo». Es un nudo o moño muy complicado, que se entrecruza varias veces. Está por todos lados en los bazares chinos, pero usualmente forma parte del cordón de colgantes y llaveros. También puede aparecer como dibujo estampado, porque es uno de los Ocho Tesoros del budismo, ocho símbolos auspiciosos que tradicionalmente se han usado para decorar los objetos de porcelana.

Al no tener ni principio ni fin, el nudo nos recuerda temas cíclicos de la filosofía budista, como la rueda de las reencarnaciones y el retorno de la deuda kármica. Pero también se usa para desear una vida larga y feliz. Preferentemente se lo realiza en color rojo, que para los chinos es el más positivo.

Existen otros estilos de nudos sin fin, con otros nombres. Aprender a hacerlos es, más que un pasatiempo, una artesanía bastante meritoria.

Ocho caballos

Aunque al visitar el bazar los encontremos estampados en una cortina de baño, no son ocho caballos cualesquiera: son los Ocho Nobles Caballos del Emperador Mu, un motivo decorativo tradicional.

Provienen de una historia que data al menos del siglo III a.C. El emperador Mu de la dinastía Zhou (1023–983 a.C.) quiso probar los duraznos de la inmortalidad y así vivir para siempre. Salió hacia el monte Kunlun, donde viven los inmortales, en una comitiva de carruajes tirados por ocho caballos en total, cada uno de los cuales tenía un color de pelo distinto. Aunque Mu encontró a la Reina Madre del Oeste en la Laguna de Jade e intercambió con ella regalos, poemas y cortesías, renunció a la inmortalidad y regresó a su reino. No obstante, como consiguió llegar a Kunlun, la imagen de sus ocho caballos significa la perseverancia y el éxito.

Los Ocho Nobles Caballos del Emperador Mu


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